Tomar un trago de jugo de naranja o comer algo dulce después de cepillarse los dientes puede llenar la boca de un desagradable sabor.
Pero si la pasta de dientes no arruina el sabor de la comida ni de la bebida, ¿qué es lo que convierte esta combinación en algo tan repelente?
Los científicos han identificado al culpable: el laurilsulfato sódico, un detergente espumoso presente en la mayoría de los dentífricos.
Cada célula gustativa tiene una membrana externa que contiene receptores del sabor. El detergente colapsa temporalmente las membranas y altera alguno de los receptores.
¿Un pelo en la comida es malo para la salud?
Hallar un pelo en el plato de comida es desagradable y para muchos asqueroso. Sin embargo no representa una amenaza a la salud.
De hecho es tan inofensivo que la FDA en sus directrices de códigos alimentarios, ni siquiera ha puesto un límite al número de cabellos admisibles en un plato.
La FDA no ha recibido informe alguno sobre personas que hayan enfermado ingiriendo un pelo en la comida.
¿Colorantes artificiales pueden causar hiperactividad?
Desde los años 70, la presencia de colores artificiales en las comidas ha generado controversia en Estados Unidos.
La polémica se desató por primera vez cuando el pediatra Benjamin Feingold aseguró que existía una relación entre los aditivos y la manera en la que se comportaban los pequeños.
Hasta ahora la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos no podido comprobar que existiera una relación directa.
Sin embargo, ha pedido a un grupo de expertos investigar las pruebas que vinculen a los colorantes con el trastorno.