martes, 28 de febrero de 2017

Un científico español trabaja en el diseño de yogures que protegen contra la caries


Algo tan fácil como comerse un yogur podrá evitar la pérdida de una muela.

El investigador Andrés Moya Simarro -ganador de la cuarta edición de los Premios Nacionales de Genética junto a José Ignacio Cubero- asegura que en un futuro podrán utilizarse los microorganismos del propio cuerpo humano para combatir enfermedades como la psoriaris y la enfermedad de Crohn, pero también la caries.
El camino para alcanzar esta última meta se está recorriendo ya. 
Moya avanzó ayer que trabaja en el desarrollo de una patente de un producto antibacteriano que podría aplicarse con la pasta de dientes o comiendo un yogur.

Moya dijo ayer estar «especialmente orgulloso» de ser el primero en liderar en España un proyecto de secuenciación de un genoma de un microorganismo, que le ha valido el galardón recibido.
Gracias a este trabajo de investigación, se comprobó como una bacteria vivía en simbiosis con un insecto, al que suministraba «productos», es decir, moléculas y aminoácidos que el insecto no obtiene de su dieta normal.

«Dos kilos del peso de nuestro cuerpo -afirmó- son bacterias que están en nuestro intestino y que contribuyen a las funciones digestivas». El científico destacó asimismo que, en conjunto, son cientos las especies que conviven en el cuerpo humano y que llevan a cabo funciones importantes para la salud. Son organismos simbióticos y que contribuyen a que el organismo funcione correctamente y son tan importantes que cuando esto no ocurre, surgen enfermedades.

Según él, este conocimiento permitirá luchar contra «problemas realmente importantes» aunque se tardará muchos años. A este respecto, apuntó que a veces no está claro que los productos que se venden con supuestas cualidades como la mejora intestinal tengan el efecto prometido.

miércoles, 8 de febrero de 2017

El aceite de coco combate la caries dental



El aceite de coco ataca la bacteria responsable de las caries y puede ser utilizada como un ingrediente en los productos de cuidado dental, revela un estudio en Irlanda.

Los científicos del Instituto Athlone de Tecnología encontraron que este aceite, que había sido tratado con enzimas, evitó el crecimiento de bacteria Streptococcus, que es una de las principales causantes de caries.

La caries, que destruye los tejidos del diente provocando complicaciones y pérdida de piezas dentales, afecta a entre 60% y 90% de los niños y la mayoría de los adultos en gran parte del mundo.

 

Distintos aceites


La investigación, presentada durante la conferencia de la Sociedad de Microbiología General que se celebra en Warwick, Inglaterra, encontró que el aceite de coco también es capaz de atacar el hongo de levadura que provoca las úlceras orales.

En el estudio los científicos probaron el impacto en las caries de varios tipos de aceites: de coco, vegetal y de oliva, en sus estados naturales y cuando habían sido tratados con enzimas, en un proceso similar a la digestión.

Los tres aceites fueron analizados con cepas de bacteria de estreptococo que son habitantes comunes en la boca.

Con el creciente problema de resistencia a los antibióticos, es importante que centremos nuestra atención en nuevas formas de combatir la infección microbianaDr. Damian Brady

Descubrieron que el aceite de coco modificado logró prevenir "significativamente" el crecimiento de la mayoría de las cepas bacterianas, incluida la Streptococcus mutans, la bacteria productora de ácido que es la principal responsable de la placa que conduce a las caries.

Los otros dos aceites no tuvieron ningún impacto.
Se piensa que la descomposición que las enzimas llevan a cabo en el grasoso aceite de coco provocan la aparición de ácidos que tienen una actividad efectiva contra la bacteria.
Investigaciones anteriores ya habían mostrado que la leche modificada con enzimas puede evitar que la Streptococcus mutans se adhiera al esmalte de los dientes.

 

Alternativa


Los científicos esperan ahora investigar cómo el aceite de coco interactúa con los estreptococos a nivel molecular y qué otras cepas de bacteria dañina podrían ser inhibidas con el producto.

"Nuestras investigaciones han demostrado que las proteínas de la leche digerida no sólo reducen la adherencia de bacteria perjudicial en las células del intestino humano sino también evitan que algunas de éstas entren a las células", explica el doctor Damien Brady, quien dirigió el estudio.

"Actualmente estamos investigando el aceite de coco y varios otros productos modificados con enzimas para identificar cómo interfieren con la actividad de las bacterias que causan infecciones y enfermedad", agrega.

Según el científico, el aceite de coco puede ser una mejor alternativa para los aditivos químicos que contienen los productos dentales.

"Éste trabaja a concentraciones relativamente bajas", dice el investigador.

"También, con el creciente problema de resistencia a los antibióticos, es importante que centremos nuestra atención en nuevas formas de combatir la infección microbiana".

La investigación también está estudiando cómo se lleva a cabo la actividad antibacteriana en el intestino humano.

"Nuestros datos sugieren que ciertos productos de la digestión humana tienen actividad antimicrobiana", explica el doctor Brady.

"Esto puede tener implicaciones en la forma como la bacteria coloniza las células que recubren el tracto digestivo y para la salud general del intestino", agrega.

Según el científico, con la enorme prevalencia de caries dental en el mundo, el hallazgo del aceite de coco modificado podría ser una herramienta valiosa en el combate de la enfermedad.

lunes, 6 de febrero de 2017

Los innumerables beneficios de los besos para la salud


Quemar calorías, fortalecer las defensas inmunológicas y superar depresiones son algunas de las múltiples bondades que se generan a partir de los besos, según un informe basado en investigaciones.


Desde el Instituto Superior de Ciencias de la Salud se aseguró que un beso de tres minutos implica la quema de al menos doce calorías y, de esta manera, se convierte en un importante complemento de las dietas.

Además, los especialistas afirman que besarse con frecuencia activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años.

Según estudios, los besos producen bienestar porque hacen liberar oxitocina, una hormona importantísima en el enamoramiento, el orgasmo, el parto y el amamantamiento, asociada con el cariño, la ternura y el contacto físico con los demás.

Besarse estimula la liberación de endorfinas, unos opiáceos naturales del organismo que provocan una sensación placentera, actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción.

Además, se asegura que los besos que aportan más beneficios a la salud y contra las tristezas son aquellos cargados de excitación y emoción, pues más hormonas se liberan en la sangre y mayores son los beneficios para el organismo.

También el beso estimula la secreción de distintas hormonas que funcionan como analgésicos y que fortalecen las defensas inmunológicas del organismo.

Los especialistas sostienen que un beso es la mejor terapia, principalmente para superar las depresiones y que los beneficios para la salud provocados por un beso apasionado se explican porque una fuerte liberación de adrenalina provoca un aumento de la tensión arterial y del ritmo cardíaco.

En la relación de pareja son muy valiosos, es un pilar de la relación sexual, de la complicidad, aumentan el vínculo y la confianza y seguridad en la pareja.

Cerca de 30 músculos se utilizan cuando se besa, práctica que disminuye la formación de arrugas en la piel, además de mejorarla sensiblemente y estimular su regeneración.
Está demostrado que las personas que reciben y dan a menudo besos apasionados tienen menor probabilidad de sufrir alexitimia, que es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal, aseguran los especialistas.

Además, en enfermos es recomendable porque ayudar  a su pronta recuperación y fortalece las defensas inmunológicas y en sanos porque mejorara su calidad de vida.


viernes, 3 de febrero de 2017

El cuidado de la sonrisa: Todo lo que debes saber para mantenerla


Ya en el Paleolítico -entre dos millones y 10.000 años atrás-, nuestros antepasados usaban hierbas o palitos y raíces de plantas como medicina natural para mantener bien cuidada su dentadura. 
¿Presentían entonces la importancia de una buena higiene en la salud bucal y, a partir de ésta, en el resto del organismo?

Al estar comunicada con muchasestructuras vitales, se debe tener un especial cuidado con el aseo de la boca. El especialista en endodoncia y odontología restauradora Ramiro Montenegro Santillán lo explica:

“Aparte de la caries, la enfermedad más conocida, un déficit de higiene podría provocar periodontitis -inflamación o infección grave de encías-, que en casos extremos llevaría a la pérdida de piezas dentales. La boca también puede ser un foco infeccioso y una vía de ingreso de patógenos hacia el torrente circulatorio, que podría derivar en afecciones cardíacas. Incluso podría manifestar lesiones pre-cancerosas o cancerosas debido al consumo de alcohol o tabaco, y éstas pueden ser mucho más agresivas si hay una limpieza oral deficiente.”

La técnica

En el caso de los adultos, Montenegro Santillán recomienda cepillar los dientes tres veces al día después de cada comida, “siendo la más importante la nocturna, porque mientras dormimos disminuye la producción de saliva, que es su método de protección natural".

Entre horas, además, se deberían evitar los alimentos con elevadas cantidades de azúcar. Respecto al sistema de cepillado, recomienda la técnica de Bass modificada: consiste en angular el cepillo 45 grados y generar un movimiento de círculo para arrastrar la placa adherida entre la encía y el diente y prevenir enfermedades periodontales (periodonto: zonas alrededor del diente como encía, hueso, etc.).

"El cepillado excesivo no es aconsejable porque si no lo hacemos de forma adecuada podemos generar una recesión de encías y crear hipersensibilidad dental por exposición de zonas del diente que no están preparadas para el medio oral”, agrega. Además, recomienda cepillos de cerdas blandas o medias: “Seguramente debamos cambiarlos más a menudo, pero el desgaste de superficie dental y periodonto será menor.”

La pasta dental es un complemento importante, ya que además de compuestos detergentes que aflojan los depósitos de sarro, placa y comida, contienen un componente fundamental, el flúor, que al depositarse en los dientes ayuda a prevenir nuevos procesos de caries.

Las pastas que hay en el mercado vienen en variedad de sabores, envases y promesas: en gel, en crema, para controlar la placa, blanqueadoras, desensibilizantes, con agentes que previenen el sarro, sabor a menta, sabor a fresa, blanca, a rayas, y sigue la lista...

Sobre las blanqueadoras, el endodoncista dice: “Llevan peróxido de carbamida en concentraciones bajas que tras un uso frecuente y dependiendo de la profundidad de coloración del esmalte y de la densidad del diente pueden modificar su color. De todos modos, el consumo de café, té, gaseosas cola, vino o alimentos con pigmentos como los pimientos o remolachas consumidos de forma frecuente hacen que el diente se vuelva a teñir aun tras blanqueamientos profesionales”.

Al final del proceso, los colutorios y enjuagues bucales son buenos aliados para prevenir la progresión de enfermedades en encías.

Se comienza al nacer

Ana María Biondi es profesora titular de la cátedra Odontología Integral de Niños en la Facultad de Odontología de la UBA. “En el caso de los niños, se recomiendan dos cepillados diarios con dentífrico fluorado. Aquellos que hacen más de tres ingestas de azúcares entre las comidas principales deberían hacer uno adicional por cada una de ellas”, detalla.

En cuanto a la mejor técnica, agrega: “En preescolares, se indica realizarlo de forma horizontal, poniendo las cerdas a 90 grados con respecto al eje mayor del diente y generando movimientos de barrido de atrás hacia adelante. Debe hacerlo un adulto responsable, pero es bueno permitirle a los menores que cepillen sus dientes para que -aunque no posean motricidad fina suficiente- vayan incorporando el hábito”.

La motricidad para realizar un cepillado meticuloso, según la profesional, es semejante a la requerida para escribir en letra cursiva sobre un renglón.

“En chicos de entre 8 y 12 años, es necesario reforzar periódicamente el método -continúa Biondi-, debido a los cambios constantes del esquema corporal bucal: aparición de molares permanentes, piezas con movilidad, brechas desdentadas, dientes nuevos. A partir de los 9 años, si la forma de cepillado no eliminara la placa bacteriana de manera correcta o lesionara los tejidos gingivales (encías), se optará por una técnica con cerdas a 45 grados orientadas hacia éstas, con movimientos horizontales vibratorios y sin levantar el cepillo”.

El tiempo mínimo del proceso es entre dos minutos y medio y tres minutos. Y el cepillo para niños en edad preescolar debe tener cerdas suaves con una parte activa (la zona de cerdas) pequeña, como para permitir buena maniobrabilidad en la cavidad de la boca, pero con un mango apto para ser empuñado por un adulto.

En pre-púberes o adolescentes, la parte activa debe cubrir dos dientes vecinos y sus filamentos de nylon deben estar agrupados en penachos dispuestos en 3 o 4 hileras.

La higiene bucal es una de las medidas preventivas más eficaces desde la primera infancia. Adriana Restuccia, odontopediatra y miembro de la Asociación Argentina de Odontología para Niños, recomienda higienizar la boca del bebé desde que nace, mucho antes de la salida de los dientes, con una gasa húmeda enrollada en el dedo índice.

“Con la aparición de las primeras piezas -dice-, también se pueden utilizar dediles de silicona o pequeños cepillos disponibles en el mercado. Hasta los dos años de edad no se debe utilizar pasta. A partir de entonces y hasta los cinco años se debe optar por algún dentífrico que contenga hasta 500 ppm (partes por millón) de fluoruro. A partir de los seis años, las pastas deben tener 1.000 ppm de fluoruro o más, según indicación de un profesional. El uso de pasta dental debe ser supervisado por un mayor responsable: en niños pequeños, se colocará una cantidad del tamaño de una lenteja, y en los más mayores, de un tercio y media superficie del cepillo”. Un dato importante: la pasta se escupe, no se ingiere ni se enjuaga con agua.