miércoles, 13 de septiembre de 2017

Una boca reseca aumenta el riesgo de sufrir caries

Las personas con una menor secreción salival, que se caracterizan por tener la boca seca, tienen mayor probabilidad de presentar caries dental en comparación con aquellas con un flujo salival más alto.

La saliva juega una función defensiva natural frente a las caries, ya que diluye y elimina los azúcares y mantiene constante el PH de la boca.

Gracias a su PH alcalino y a su capacidad tampón, arrastra los restos de comida que quedan en la boca, neutraliza los ácidos producidos por la placa bacteriana y aporta a los dientes el calcio y fosfato necesarios en un proceso que se denomina remineralización.

Además, la saliva actúa como un depósito para el flúor, lo que ayuda a reducir la aparición de caries, se ocupa de ayudar al proceso de masticación y digestión de los alimentos, y también protege la superficie interna de la boca y dientes.


La edad, el sexo, el número de dientes, la deshidratación, la respiración oral o aspectos psicológicos como el estrés pueden reducir el flujo de las glándulas salivares.

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